miércoles, 16 de septiembre de 2015

Dios nos habla hoy del trato a familiares en Eclesiásticos 33.


Ni a hijo ni esposa ni a amigo ni a vecino le des poder sobre tu vida. Mientras vivas y respires no dejes que nadie te domine. No des a otro lo que tienes, pues te arrepentirás y tendrás, que pedirles favores. Es preferible que tus hijos te supliquen, a que tú dependas de ellos. En todo lo que hagas conserva el dominio, y no dejes que tu buen nombre se manche. Cuando llegue al final tus pocos días, y tengas que morir, reparte tu herencia. A los burros, pasto, palos y carga: y al trabajador, buena remuneración,  pan, corrección y trabajo.

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