miércoles, 4 de noviembre de 2020

Tú eres digno, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, Apocalipsis Capitulo 4

 

Jesús dijo: Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.

 Agradezco a Dios por todo lo recibido.


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Capítulo 4. Apocalipsis.

1 Después tuve la siguiente visión: Había una puerta abierta en el cielo, y la voz que había escuchado antes, hablándome como una trompeta, me dijo: «Sube aquí, y te mostraré las cosas que deben suceder en seguida».

2 En ese mismo momento, fui arrebatado por el Espíritu y vi en el cielo un trono, en el cual alguien estaba sentado.

3 El que estaba sentado tenía el aspecto de una piedra de jaspe y de ágata. Rodeando el trono, vi un arco iris que tenía el aspecto de la esmeralda.

4 Y alrededor de él, había otros veinticuatro tronos, donde estaban sentados veinticuatro Ancianos, con túnicas blancas y coronas de oro en la cabeza.

5 Del trono salían relámpagos, voces y truenos, y delante de él ardían siete lámparas de fuego, que son los siete Espíritus de Dios.

6 Frente al trono, se extendía como un mar transparente semejante al cristal. En medio del trono y alrededor de él, había cuatro Seres Vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás.

7 El primer Ser Viviente era semejante a un león; el segundo, a un toro; el tercero tenía rostro humano; y el cuarto era semejante a un águila en pleno vuelo.

8 Cada uno de los cuatro Seres Vivientes tenía seis alas y estaba lleno de ojos por dentro y por fuera. Y repetían sin cesar, día y noche: «Santo, santo, santo es el Señor Dios, el Todopoderoso, el que era, el que es y el que vendrá».

9 Y cada vez que los Seres Vivientes daban gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,

10 los veinticuatro Ancianos se postraban ante él para adorarlo, y ponían sus coronas delante del trono, diciendo:

11 «Tú eres digno, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder. Porque has creado todas las cosas: ellas existen y fueron creadas por tu voluntad».


Sabiduría Capitulo 3. Es la Palabra de Dios comunicada a través de las escrituras.

 

Jesús dijo: Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.

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Capítulo 3.  Sabiduría.

1 Las almas de los justos están en las manos de Dios, y no los afectará ningún tormento.

2 A los ojos de los insensatos parecían muertos; su partida de este mundo fue considerada una desgracia

3 y su alejamiento de nosotros, una completa destrucción; pero ellos están en paz.

4 A los ojos de los hombres, ellos fueron castigados, pero su esperanza estaba colmada de inmortalidad.

5 Por una leve corrección, recibirán grandes beneficios, porque Dios los puso a prueba y los encontró dignos de él.

6 Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto.

7 Por eso brillarán cuando Dios los visite, y se extenderán como chispas por los rastrojos.

8 Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor será su rey para siempre.

9 Los que confían en él comprenderán la verdad y los que le son fieles permanecerán junto a él en el amor. Porque la gracia y la misericordia son para sus elegidos.

10 Pero los impíos tendrán un castigo conforme a sus razonamientos, porque desdeñaron al justo y se apartaron del Señor.

11 El que desprecia la sabiduría y la enseñanza es un desdichado: ¡vana es su esperanza, inútiles sus esfuerzos, infructuosas sus obras!

12 ¡Sus mujeres son insensatas, sus hijos perversos y su descendencia maldita!

13 ¡Feliz, en cambio, la mujer estéril que no se ha manchado, la que no tuvo relaciones ilícitas! Ella dará frutos cuando Dios visite las almas.

14 Feliz también el eunuco que no cometió ninguna iniquidad ni tuvo pensamientos perversos contra el Señor. por su fidelidad se le dará una gracia especial, una herencia muy deseable en el Templo del Señor.

15 Porque es glorioso el fruto de los trabajos honestos, e indefectible la raíz de la Sabiduría.

16 Pero los hijos de los adúlteros no llegarán a su madurez y la descendencia de una unión ilegítima desaparecerá.

17 Aunque vivan mucho tiempo, serán tenidos por nada, y al fin su vejez será deshonrosa;

18 si mueren pronto, no tendrán esperanza ni consuelo en el día del Discernimiento,

19 porque es penoso el fin de una raza injusta.

martes, 3 de noviembre de 2020

Sabemos que la entrada en la vida es la misma para todos, y también es igual la salida. Sabiduría 7.

 

Jesús dijo: Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.

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Capítulo 7  Sabiduría.

1 Yo también soy un hombre mortal, igual que todos, nacido del primer hombre, que fue formado de la tierra: en el seno de una madre fue modelada mi carne;

2 durante diez meses tomé consistencia en su sangre, gracias al semen paterno y al placer que va acompañado del sueño.

3 Yo también, al nacer, respiré el aire común, caí sobre la tierra que nos recibe a todos por igual, y mi primer grito, como el de todos, fue el llanto.

4 Fui criado entre pañales y en medio de cuidados,

5 porque ningún rey comenzó a vivir de otra manera:

6 la entrada en la vida es la misma para todos, y también es igual la salida.

7 Por eso oré, y me fue dada la prudencia, supliqué, y descendió sobre mí el espíritu de la Sabiduría.

8 La preferí a los cetros y a los tronos, y tuve por nada las riquezas en comparación con ella.

9 No la igualé a la piedra más preciosa, porque todo el oro, comparado con ella, es un poco de arena; y la plata, a su lado, será considerada como barro.

10 La amé más que a la salud y a la hermosura, y la quise más que a la luz del día, porque su resplandor no tiene ocaso.

11 Junto con ella me vinieron todos los bienes, y ella tenía en sus manos una riqueza incalculable.

12 Yo gocé de todos esos bienes, porque la Sabiduría es la que los dirige, aunque ignoraba que ella era su madre.

13 La aprendí con sinceridad y la comunico sin envidia, y a nadie le oculto sus riquezas.

14 Porque ella es para los hombres un tesoro inagotable: los que la adquieren se ganan la amistad de Dios, ya que son recomendados a él por los dones de la instrucción.

15 Que Dios me conceda hablar con inteligencia, y que mis pensamientos sean dignos de los dones recibidos, porque él mismo es el guía de la Sabiduría y el que dirige a los sabios.

16 En sus manos estamos nosotros y nuestras palabras, y también todo el saber y la destreza para obrar.

17 El me dio un conocimiento exacto de todo lo que existe, para comprender la estructura del mundo y la actividad de los elementos;

18 el comienzo, el fin y el medio de los tiempos, la alternancia de los solsticios y el cambio de las estaciones,

19 los ciclos del año y las posiciones de los astros;

20 la naturaleza de los animales y los instintos de las fieras, el poder de los espíritus y los pensamientos de los hombres; las variedades de las plantas y las propiedades de las raíces.

21 Conocí todo lo que está oculto o manifiesto, porque me instruyó la Sabiduría, la artífice de todas las cosas.

22 En ella hay un espíritu inteligente, santo, único, multiforme, sutil, ágil, perspicaz, sin mancha, diáfano, inalterable, amante del bien, agudo,

23 libre, bienhechor, amigo de los hombres, firme, seguro, sereno, que todo lo puede, lo observa todo y penetra en todos los espíritus: en los puros y hasta los más sutiles.

24 La Sabiduría es más ágil que cualquier movimiento; a causa de su pureza, lo atraviesa y penetra todo.

25 Ella es exhalación del poder de Dios, una emanación pura de la gloria del Todopoderoso: por eso, nada manchado puede alcanzarla.

26 Ella es el resplandor de la luz eterna, un espejo sin mancha de la actividad de Dios y una imagen de su bondad.

27 Aunque es una sola, lo puede todo; permaneciendo en sí misma, renueva el universo; de generación en generación, entra en las almas santas, para hacer amigos de Dios y profetas.

28 Porque Dios ama únicamente a los que conviven con la Sabiduría.

29 Ella, en efecto, es más radiante que el sol y supera a todas las constelaciones; es más luminosa que la misma luz,

30 Ya que la luz cede su lugar a la noche, pero contra la Sabiduría no prevalece el mal.


El miedo, en efecto, no es sino el abandono de la ayuda que da la reflexión. Sabiduría 17.

 

Jesús dijo: Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.

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Capítulo 17  Sabiduria.

1 Grandes e inenarrables son tus juicios, por eso, las almas ignorantes se extraviaron.

2 Porque cuando los impíos pensaban que podían oprimir a una nación santa, yacían encadenados en las tinieblas, prisioneros de una larga noche, encerrados bajo sus techos, excluidos de la providencia eterna.

3 Ellos pensaban mantenerse ocultos con sus pecados secretos, bajo el oscuro velo del olvido, pero fueron dispersados, presa de terrible espanto, y aterrorizados por fantasmas.

4 Porque el reducto que los protegía no los preservaba del miedo; ruidos estremecedores resonaban a su alrededor y se les aparecían espectros lúgubres, de rostro sombrío.

5 Ningún fuego tenía fuerza suficiente para alumbrar, ni el resplandor brillante de las estrellas lograba iluminar aquella horrible noche.

6 Solamente brillaba para ellos una masa de fuego que se encendía por sí misma, sembrando el terror, y una vez desaparecida aquella visión, quedaban aterrados y consideraban lo que habían visto peor de lo que era.

7 Los artificios de la magia resultaban ineficaces, y su pretendida ciencia quedaba vergonzosamente desmentida,

8 porque los que prometían liberar las almas enfermas de temores y sobresaltos, estaban, ellos mismos, enfermos de un temor ridículo.

9 Aunque nada terrorífico les infundiera temor, horrorizados por el paso de los bichos y el silbido de los reptiles,

10 se morían de miedo, y hasta rehusaban mirar el aire, del que nadie puede escapar.

11 Porque la maldad es cobarde y su propio testimonio la condena: acosada por la conciencia, imagina siempre lo peor.

12 El miedo, en efecto, no es sino el abandono de la ayuda que da la reflexión:

13 cuanto menos se cuenta con esa seguridad interior, tanto más grave se considera ignorar la causa del tormento.

14 Durante esa noche verdaderamente impotente, salida de las profundidades del Abismo impotente, sumergidos en un mismo sueño,

15 eran perseguidos a la vez por espectros monstruosos y paralizados por el desfallecimiento de su alma, porque un terror repentino e inesperado los había invadido.

16 Así, cualquiera que caía en ese estado quedaba prisionero, encerrado en esa prisión sin hierros.

17 Ya fuera labrador o pastor, o trabajara en lugares solitarios, al ser sorprendido, tenía que soportar la ineludible necesidad,

18 porque todos estaban atados por una misma cadena de tinieblas. El silbido del viento, el canto melodioso de los pájaros en la arboleda, el ruido cadencioso de las aguas en su impetuoso correr,

19 el violento estruendo de las rocas cayendo en avalanchas, la invisible carrera de animales encabritados, el rugido de las fieras más salvajes, el eco que retumba en los huecos de las montañas, todo los llenaba de terror y los paralizaba.

20 Porque el mundo entero estaba iluminado por una luz resplandeciente y se dedicaba libremente a sus trabajos;

21 solamente sobre ellos se extendía una pesada noche, imagen de las tinieblas que les estaban reservadas. Pero más que de las tinieblas, ellos sentían el peso de sí mismos.

Puedes hacer todo lo que tienes pensado, porque el Señor está contigo. Crónicas 17

 

Jesús dijo: Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.

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Capítulo 17 Libro de crónicas.

1 Cuando David se estableció en su casa, dijo al profeta Natán: «Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de la Alianza del Señor está bajo una tienda de campaña».

2 Natán respondió a David: «Puedes hacer todo lo que tienes pensado, porque el Señor está contigo».

3 Pero aquella misma noche, la palabra del Señor llegó a Natán en estos términos:

4 «Ve a decirle a mi servidor David: Así habla el Señor: No eres tú el que me edificará la casa para que yo la habite.

5 Porque desde el día en que hice subir a Israel hasta el día de hoy, nunca habité en una casa, sino que anduve de carpa en carpa y de morada en morada.

6 Y mientras iba caminando entre todo Israel, ¿acaso dije a uno solo de sus Jueces, a los que mandé apacentar a mi pueblo: «Por qué no me han edificado una casa de cedro»?

7 Y ahora, esto es lo que le dirás a mi servidor David: Así habla el Señor de los ejércitos: Yo te saqué del campo de pastoreo, de detrás del rebaño, para que fueras el jefe de mi pueblo Israel.

8 Estuve contigo dondequiera que fuiste y exterminé a todos tus enemigos delante de ti. Yo haré que tu nombre sea tan grande como el de los grandes de la tierra.

9 Fijaré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que tenga allí su morada. Ya no será perturbado, y los malhechores no seguirán devorándolo como antes.

10 Desde el día en que constituí Jueces sobre mi pueblo Israel, yo he sometido a todos tus enemigos. Y ahora te anuncio que el Señor te edificará una casa.

11 Sí, cuando llegues al término de tus días y te vayas con tus padres, yo elevaré después de ti a uno de tus descendientes, a uno de entre tus hijos, y afianzaré su realeza.

12 El me edificará una Casa y yo afianzaré su trono para siempre.

13 Yo seré un padre para él, y él será para mí un hijo. Y jamás retiraré de él mi fidelidad, como se la retiré a aquel que te precedió.

14 Lo estableceré en mi Casa y en mi reino para siempre, y su trono será estable eternamente».

15 Natán comunicó a David todas estas palabras y toda esta visión.

16 Entonces el rey David fue a sentarse delante del Señor y exclamó: «¿Quién soy yo, Señor Dios, y qué es mi casa para que me hayas hecho llegar hasta aquí?

17 Y como esto te pareció demasiado poco, Dios mío, también has hecho una promesa acerca de la casa de tu servidor, para un futuro lejano. ¡Tú me has mirado como a un hombre de alto rango, Señor Dios!

18 ¿Qué más podría decirte David sobre el honor que le has dispensado, si tú ya conoces a tu servidor?

19 Por amor a tu servidor y conforme a tu designio, Señor, tú has realizado toda esta gran obra, dando así a conocer tu inmensa grandeza.

20 Sí, Señor, no hay nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, por todo lo que hemos escuchado con nuestros propios oídos.

21 ¿Y hay sobre la tierra una sola nación como tu pueblo Israel, ese pueblo a quien el mismo Dios fue a rescatar para sí, a fin de hacerse un nombre grande y temible, expulsando a naciones enteras ante el pueblo que rescataste de Egipto?

22 Tú has hecho que tu pueblo Israel fuera tu Pueblo para siempre, y tú, Señor, eres su Dios.

23 Y ahora, Señor, que se mantenga firme eternamente la palabra que has pronunciado acerca de tu servidor y de su casa, y obra conforme a lo que has dicho.

24 Que se mantenga firme, y que tu Nombre sea engrandecido para siempre. Que se diga: "¡El Señor de los ejércitos es el Dios de Israel, es Dios para Israel!". Y que la casa de David, tu servidor, esté bien afianzada delante de ti.

25 Porque tú mismo, Dios mío, le has revelado a tu servidor que le edificarás una casa; por eso tu servidor se ha atrevido a dirigirte esta plegaria.

26 Y ahora tú, Señor, que eres Dios, le has prometido estos bienes a tu servidor.

27 Por eso, dígnate bendecir la casa de tu servidor, para que ella permanezca siempre en tu presencia; porque lo que tú has bendecido, Señor, queda bendito para siempre».

¿Para qué sirve el dinero en manos de un necio? ¿Para adquirir sabiduría? ¡Si no tiene inteligencia! Proverbios 17

 

Jesús dijo: Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.

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Capítulo 17  Proverbios.

1 Mejor un mendrugo seco con tranquilidad que una casa llena de banquetes con discordia.

2 El servidor prudente se impondrá al hijo desvergonzado y compartirá la herencia con los hermanos.

3 Hay un crisol para la plata y un horno para el oro, pero el que prueba los corazones es el Señor.

4 El malhechor hace caso a la maledicencia, el mentiroso presta oído a la lengua maligna.

5 El que se burla del pobre ultraja a su Creador, el que se alegra de una desgracia no quedará impune.

6 Corona de los ancianos son los nietos, y la gloria de los hijos son sus padres.

7 No le queda bien al necio un lenguaje refinado, ¡cuánto menos a los nobles la mentira!

8 Un reglo es un talismán para el que lo da: dondequiera que vaya, todo le sale bien.

9 El que disimula una ofensa cultiva la amistad, volver sobre la cosa separa del amigo.

10 Hace más una reprensión a un hombre inteligente que cien golpes a un necio.

11 El malvado sólo busca la rebelión, pero le será enviado un mensajero cruel.

12 Más vale toparse con una osa privada de sus crías que con un necio en su locura.

13 Si alguien devuelve mal por bien, la desdicha no se apartará de su casa.

14 Iniciar un altercado es abrir una compuerta: retírate antes que estalle la disputa.

15 Absolver al malvado y condenar al justo son dos cosas que abomina el Señor.

16 ¿Para qué sirve el dinero en manos de un necio? ¿Para adquirir sabiduría? ¡Si no tiene inteligencia!

17 El amigo ama en cualquier ocasión, y un hermano nace para compartir la adversidad.

18 Es un insensato el que estrecha la mano para salir fiador de su prójimo.

19 El que ama las querellas ama el pecado, el que alza demasiado su puerta busca la ruina.

20 El corazón perverso no hallará la felicidad, y la lengua tortuosa caerá en la desgracia.

21 El que engendra a un tonto, es para su aflicción, y no hay alegría para el padre de un necio.

22 Un corazón alegre es el mejor remedio, pero el espíritu abatido reseca los huesos.

23 El malvado acepta regalos bajo cuerda para torcer los senderos de la justicia.

24 Delante del hombre inteligente está la sabiduría, pero el necio mira a cualquier parte.

25 Un hijo necio es la tristeza de su padre y la amargura de aquella que lo engendró.

26 Si no está bien multar a un hombre justo, golpear a los nobles supera toda medida.

27 El que mide sus palabras es un hombre que sabe, y el que mantiene su sangre fría es inteligente.

28 Hasta el necio, si calla, puede pasar por sabio, y por inteligente, si cierra los labios.


Aprendiendo de Dios en los Salmo Uno, No triunfarán los malvados en el juicio, ni los pecadores en la asamblea de los justos

 

Jesús dijo: Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.

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SALMOS

SALMO 1

1 ¡Feliz el hombre

que no sigue el consejo de los malvados,

ni se detiene en el camino de los pecadores,

ni se sienta en la reunión de los impíos,

2 sino que se complace en la ley del Señor

y la medita de día y de noche!

3 El es como un árbol

plantado al borde de las aguas,

que produce fruto a su debido tiempo,

y cuyas hojas nunca se marchitan:

todo lo que haga le saldrá bien.

4 No sucede así con los malvados:

ellos son como paja que se lleva el viento.

5 Por eso, no triunfarán los malvados en el juicio,

ni los pecadores en la asamblea de los justos;

6 porque el Señor cuida el camino de los justos,

pero el camino de los malvados termina mal.

lunes, 2 de noviembre de 2020

Porque el Señor da la sabiduría, de su boca proceden la ciencia y la inteligencia del libro de los Proverbios.

 

Jesús dijo: Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.

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Capítulo 2 Proverbios.

1 Hijo mío, si recibes mis palabras y guardas contigo mis mandamientos,

2 prestando oído a la sabiduría e inclinando tu corazón al entendimiento;

3 si llamas a la inteligencia y elevas tu voz hacia el entendimiento,

4 si la buscas como si fuera plata y la exploras como un tesoro,

5 entonces comprenderás el temor del Señor y encontrarás la ciencia de Dios.

6 Porque el Señor da la sabiduría, de su boca proceden la ciencia y la inteligencia.

7 El reserva su auxilio para los hombres rectos, es un escudo para los que caminan con integridad;

8 él protege los senderos de la equidad y cuida el camino de sus fieles.

9 Entonces comprenderás la justicia y la equidad, la rectitud y todas las sendas del bien.

10 Porque la sabiduría penetrará en tu corazón y la ciencia será la delicia de tu alma;

11 la reflexión cuidará de ti y la inteligencia te protegerá,

12 para librarte del mal camino, del hombre que habla con perversidad;

13 de los que abandonan los senderos de la rectitud, para tomar por caminos tenebrosos;

14 de los que gozan haciendo el mal y se regocijan en las perversiones de la maldad;

15 de los que van por caminos tortuosos y por senderos retorcidos.

16 Así te librarás de la mujer ajena, de la extraña que se vale de palabras seductoras,

17 que abandona al amigo de su juventud y olvida la alianza de su Dios.

18 su casa se hunde en la muerte y sus senderos van hacia las Sombras;

19 los que entren en ella no podrán volver atrás ni alcanzarán los senderos de la vida.

20 Así tú irás por el camino de los buenos y seguirás el sendero de los justos,

21 porque los rectos habitarán la tierra y los hombres íntegros permanecerán en ella.

22 Pero los malvados serán extirpados de la tierra y los traidores serán arrancados de ella.


Porque se llaman judíos y no lo son extraído del capitulo 3 del Apocalipsis.

 

Jesús dijo: Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.

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Capítulo 3de Apcolapsis.

1 Escribe al Angel de la Iglesia de Sardes: «El que posee los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas, afirma: «Conozco tus obras: aparentemente vives, pero en realidad estás muerto.

2 Permanece alerta y reanima lo que todavía puedes rescatar de la muerte, porque veo que tu conducta no es perfecta delante de mi Dios.

3 Recuerda cómo has recibido y escuchado la Palabra: consérvala fielmente y arrepiéntete. Porque si no vigilas, llegaré como un ladrón, y no sabrás a qué hora te sorprenderé.

4 Sin embargo, tienes todavía en Sardes algunas personas que no han manchado su ropa: ellas me acompañarán vestidas de blanco, porque lo han merecido.

5 El vencedor recibirá una vestidura blanca, nunca borraré su nombre del Libro de la Vida y confesaré su nombre delante de mi Padre y de sus Angeles».

6 El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias.

7 Escribe al Angel de la Iglesia de Filadelfia: «El Santo, el que dice la Verdad, el que posee la llave de David, el que abre y nadie puede cerrar, el que cierra y nadie puede abrir, afirma:

8 «Yo conozco tus obras; he abierto delante de ti una puerta que nadie puede cerrar, porque a pesar de tu debilidad, has cumplido mi Palabra sin renegar de mi Nombre.

9 Obligaré a los de la sinagoga de Satanás –que mienten, porque se llaman judíos y no lo son– a que se postren delante de ti y reconozcan que yo te he amado.

10 Ya que has cumplido mi consigna de ser constante, yo también te preservaré en la hora de la tribulación, que ha de venir sobre el mundo entero para poner a prueba a todos los habitantes de la tierra.

11 Yo volveré pronto: conserva firmemente lo que ya posees, para que nadie pueda arrebatarte la corona.

12 Haré que el vencedor sea una columna en el Templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí. Y sobre él escribiré el nombre de mi Dios, y el nombre de la Ciudad de mi Dios –la nueva Jerusalén que desciende del cielo y viene de Dios– y también mi nombre nuevo».

13 El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias».

14 Escribe al Angel de la Iglesia de Laodicea: «El que es Amén, el Testigo fiel y verídico, el Principio de las obras de Dios, afirma:

15 «Conozco tus obras: no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!

16 Por eso, porque eres tibio, te vomitaré de mi boca.

17 Tú andas diciendo: Soy rico, estoy lleno de bienes y no me falta nada. Y no sabes que eres desdichado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo.

18 Por eso, te aconsejo: cómprame oro purificado en el fuego para enriquecerte, vestidos blancos para revestirte y cubrir tu vergonzosa desnudez, y un colirio para ungir tus ojos y recobrar la vista.

19 Yo corrijo y comprendo a los que amo. ¡Reanima tu fervor y arrepiéntete!

20 Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos.

21 Al vencedor lo haré sentar conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono».

22 El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias».

miércoles, 28 de octubre de 2020

Dijo Dios Conozco tus obras, tus trabajos y tu constancia.

  

Jesús dijo: Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.

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Capítulo 2

1 Escribe al Angel de la Iglesia de Efeso: «El que tiene en su mano derecha las siete estrellas y camina en medio de los siete candelabros de oro, afirma:

2 «Conozco tus obras, tus trabajos y tu constancia. Sé que no puedes tolerar a los perversos: has puesto a prueba a quienes usurpan el título de apóstoles, y comprobaste que son mentirosos.

3 Sé que tienes constancia y que has sufrido mucho por mi Nombre sin desfallecer.

4 Pero debo reprocharte que hayas dejado enfriar el amor que tenías al comienzo.

5 Fíjate bien desde dónde has caído, conviértete y observa tu conducta anterior. Si no te arrepientes, vendré hacia ti y sacaré tu candelabro de su lugar preeminente.

6 Sin embargo, tienes esto a tu favor: que detestas la conducta de los nicolaítas, lo mismo que yo».

7 El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor, le daré de comer del árbol de la vida, que se encuentra en el Paraíso de Dios».

8 Escribe al Angel de la Iglesia de Esmirna: «El Primero y el Ultimo, el que estuvo muerto y ha revivido, afirma:

9 «Conozco tu tribulación y tu pobreza, aunque eres rica, así como también la maledicencia de los que se llaman judíos, y no son más que una sinagoga de Satanás.

10 No temas por lo que tendrás que padecer: mira que el demonio va a arrojar en la cárcel a algunos de ustedes para que sean puestos a prueba, y tendrán que sufrir durante diez días. Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida».

11 El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias: la segunda muerte no dañará al vencedor.

12 Escribe al Angel de la Iglesia de Pérgamo: «El que tiene la espada de doble filo afirma:

13 «Sé que tú habitas donde está el trono de Satanás. A pesar de todo, permaneces fiel a mi Nombre y no has renegado de tu fe en mí, ni siquiera en la época de Antipas, mi testigo fiel, al que mataron en el lugar donde habita Satanás.

14 Sin embargo, debo reprocharte algo, y es que tienes adictos a la doctrina de Balaam, el que enseñó a Balac cómo debía seducir a los israelitas para que se prostituyeran, comiendo los alimentos sacrificados a los ídolos.

15 Tienes además partidarios de la doctrina de los nicolaítas.

16 Arrepiéntete, o iré en seguida para combatirlos con la espada de mi boca».

17 El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor, le daré de comer el maná escondido, y también le daré una piedra blanca, en la que está escrito un nombre nuevo que nadie conoce fuera de aquel que lo recibe.

18 Escribe al Angel de la Iglesia de Tiatira: «El Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llamas de fuego y los pies semejantes al bronce fundido, afirma:

19 «Conozco tus obras, tu amor, tu fe, tu servicio y tu constancia. Sé también que tus últimas obras son más abundantes que las primeras.

20 Pero, debo reprocharte que toleras a Jezabel, esa mujer que pretende ser profetisa, la que engaña a todos mis servidores, y les enseña a prostituirse comiendo los alimentos sacrificados a los ídolos.

21 Yo le he dado tiempo suficiente para arrepentirse, pero ella no quiere dejar de fornicar.

22 Por eso, la arrojaré en un lecho de dolor, y someteré a sus compañeros de adulterio a una prueba terrible, si no se arrepienten de sus obras,

23 y haré morir a sus hijos. Así sabrán todas las Iglesias que yo conozco íntimamente los sentimientos y las intenciones. Y yo retribuiré a cada uno según sus obras.

24 En cuanto a ustedes, los demás de Tiatira, los que no comparten esta doctrina ni conocen "los secretos de Satanás" –como dicen ellos– no les impondré nada nuevo,

25 excepto que conserven firmemente lo que ya poseen, hasta que yo vuelva.

26 Al vencedor, al que permanezca fiel hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones.

27 El las regirá con un cetro de hierro y las destrozará como a un vaso de arcilla,

28 con el mismo poder que yo recibí del Padre; y también le daré la Estrella de la mañana».

29 El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias»