El último libro de la Biblia, Apocalipsis, viene del vocablo griego
apokalupsis, la cual es usada en el primer versículo. Esta palabra
significa “descubrimiento” o “revelación” y transmite la idea de poner
al descubierto o revelar. Así vemos que el nombre del libro significa
“dar a conocer”, “poner al descubierto” o “revelar”.
Como parte de la Escritura, el libro de Apocalipsis fue “dado por
inspiración de Dios” (2 Timoteo 3:16). Por lo tanto, este libro contiene
información que Dios se propone dar a conocer o revelar a los humanos,
en lugar de esconderla de nosotros.
Un examen cuidadoso del libro de Apocalipsis explica su propósito y
de que trata. Enseguida aparecen algunas preguntas y respuestas básicas
del libro mismo:
- ¿Quién es el autor del libro de Apocalipsis? “La
revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos
las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio
de su ángel a su siervo Juan” (Apocalipsis 1:1, énfasis agregado en
todo). Dios el Padre es el autor, y Jesucristo es quien dio la
revelación a un ángel para darla a Juan. No es—como algunas traducciones
bíblicas pueden decir en un subtítulo—la revelación de Juan. Juan fue
simplemente la persona quien registró el mensaje.
- ¿Por qué, y a quién, dio Cristo esta Revelación?
La frase inicial del versículo citado arriba continúa: “para manifestar a
sus siervo las cosas que deben suceder pronto” (Apocalipsis 1:1.
¿Y quiénes son los siervos de Cristo? “Y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos” (Apocalipsis 11:18). Los profetas de Dios abarcan los períodos de tiempo tanto del Antiguo como del Nuevo Testamentos de la Biblia. Los “santos” son aquellos que han obedecido y servido a Dios a través de los siglos y quienes también abarcan la Iglesia del Nuevo Testamento de Cristo. Así vemos que Cristo reveló la información en el libro de Apocalipsis para mostrar a sus siervos fieles y obedientes las cosas que sucederán en el futuro.
La palabra “pronto” en el versículo 1 significa que cuando estos acontecimientos empiecen a suceder, ocurrirán rápidamente.
- ¿A quién le dictó Cristo estas palabras, con el encargo de transmitirlas a los siervos de Cristo? “Y la declare enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan” (Apocalipsis 1:1).
Cristo es también llamado “el Verbo” de Dios (Juan 1:1); es decir, Él habla no sólo a nombre propio, sino también a nombre de Dios el Padre. La palabra “ángel” en Apocalipsis 1:1 es traducida del vocablo griego angelos, el cual significa “mensajero” y puede significar o un espíritu o un mensajero humano. En este caso se refiere a un ser espiritual. El último capítulo da mayor explicación: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana” (Apocalipsis 22:16). Esta revelación fue “dada a entender”, declarada, al apóstol Juan, como el agente humano responsable de transmitirla a los siervos de Cristo en la tierra. Fue alrededor a los años 94 o 95 cuando Juan recibió esta revelación estando él en la isla de Patmos (Apocalipsis 1:9).
- ¿A quién envió Juan inicialmente la revelación de Cristo?
“Juan, a las siete iglesias que están en Asia” (Apocalipsis 1:4).
Cristo entonces le dijo a Juan, “Escribe en un libro lo que ves, y
envíalo a las siete Iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna,
Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea” (Apocalipsis 1:11).
Estas siete ciudades estaban todas en una ruta de correo en el primer siglo, y había una congregación en cada ciudad. No obstante, en ese tiempo había congregaciones de la Iglesia de Dios en muchas otras ciudades también, por lo que aparentemente estas siete fueron escogidas para representar todos los siervos y las congregaciones de Cristo. Después de esto vemos que en los capítulos 2 y 3, antes del principio de la revelación de los acontecimientos del tiempo del fin, Cristo tiene un mensaje personalizado para cada una de estas siete congregaciones.
La historia de la Iglesia de Dios a través de los siglos es una historia fascinante; pero para condensar lo que vemos en estos dos capítulos, Cristo escogió cada congregación sucesiva (de acuerdo a su orden en la ruta de correo) por sus características singulares que también serían las características predominantes de su Iglesia en un período particular del tiempo. Estos períodos de tiempo, o eras, empezaron con las características de Éfeso en el primer siglo y continúan a través de las características de Laodicea en el tiempo del fin, previo al retorno de Cristo.
Un concepto adicional que debemos entender acerca de estas siete iglesias es que los problemas que los miembros de cada congregación enfrentaron son similares a los problemas que los miembros de la Iglesia enfrentarían a través de la historia. Cristo explícitamente le dice a cada congregación: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7). Sin importar cuál sea la época, el pueblo de Dios debe escuchar y obedecer sus instrucciones dadas en cada una de las amonestaciones a las Iglesias.
- ¿Cómo es trazado el libro de Apocalipsis? ¿Hay
alguna lógica o patrón en su contenido, capítulo por capítulo, que
podamos ver en forma de bosquejo? ¡Sí! De hecho, ver los temas
principales presentados en forma de bosquejo nos puede ayudar a
comprender la visión general que Cristo reveló en el libro y nos puede
ayudar a entender mejor los contenidos de los temas principales. Aunque
hay secciones aisladas que proveen información suplementaria en una
perspectiva histórica más amplia, en general, la información es
presentada en orden cronológico.
El libro empieza con los mensajes de Cristo a las siete iglesias (capítulos 1-3). Enseguida, notamos que un rollo le es presentado a Cristo en el cielo (capítulos 4-5). Este rollo está sellado con siete sellos (Apocalipsis 5:1) y contiene los detalles de lo que sucederá antes y después del retorno de Cristo. Vemos que Cristo mismo es el único apto para abrir los sellos del rollo, revelando sus contenidos.
Pensemos en un rollo continuo de papel para escribir con un fuerte sello adhesivo que nos impide desenrollar el papel. Si abrimos el sello, descubrimos la escritura en el papel y podemos desenrollarlo y leerlo hasta que llegamos un segundo sello. Desde luego, el primer sello está todavía abierto cuando abrimos el segundo sello. Esta es una clave importante para entender el libro. Los sellos son consecutivos en orden de tiempo; ¡y una vez que un sello es abierto, permanece abierto hasta el fin!
- ¿De que tratan estos siete sellos en el rollo? Ellos revelan
detalles de acontecimientos principales que conducen al retorno de
Jesucristo e incluso después. En breve, los primeros seis sellos
incluyen cuatro caballos simbólicos (algunas veces llamados “los cuatro
jinetes del Apocalipsis”), la gran tribulación y las señales
celestiales. Aunque el cumplimiento de los primeros cuatro de estos
sellos ha sido continuo desde el tiempo de Cristo, ellos se
intensificarán antes del retorno de Cristo. La gran tribulación y las
señales celestiales están todavía por ocurrir. Para ayudarle a
visualizar la presentación que Cristo hace del contenido del libro,
incluyendo los siete sellos, las siete trompetas y las siete plagas
postreras, vea el cuadro de abajo.
- ¿Tiene el Apocalipsis un tema principal? Sí, sí lo tiene. De hecho,
podemos verlo al mirar el bosquejo del libro. Notemos que los primeros
seis sellos son abiertos en el capítulo 6. Después notemos que el
séptimo sello, que consiste de siete trompetas, empieza a ser abierto en
el capítulo 8, ¡y continúa hasta el final del libro! Así, el séptimo
sello es el tema predominante del libro. (Para una explicación de los
primeros cuatro sellos, vea nuestro artículo “¿Qué son los cuatro
jinetes del Apocalipsis?”)
El séptimo sello es también conocido como “El día del Señor”. Podemos ver que los acontecimientos dentro de este sello son reflejados en otras profecías registradas en Isaías 2:12; 13:6, 9; Ezequiel 30:3; Joel 1:15; 2:1, 11; 2:31; Abdías 1:15; Sofonías 1:7-8; Zacarías 14:1; Hechos 2:20; y 2 Pedro 3:10.
También, Juan dice en sus comentarios preliminares que él estaba “en el Espíritu en el día del Señor” (Apocalipsis 1:10). “En el espíritu” significa en visiones espirituales (no humanas) de Cristo, a través de las cuales Él transmitió esta información a Juan. Una mejor traducción de las palabras griegas originales de “en el día del Señor” es “dentro del día del Señor”.
Es importante darnos cuenta de que la humanidad ha tenido su “día”—siguiendo su propio camino, separada de Dios—por miles de años. Y Dios ha permitido que el hombre construya sus propias civilizaciones y se comporte a su antojo en esta tierra, sin intervenir en muchas ocasiones.
Pero llegará el día en que Dios empezará a intervenir a escala mundial a fin de empezar a gobernar en esta tierra y a establecer su Reino sobre la misma. Entonces será su día (del Señor) y ya no más el día del hombre para hacer su voluntad.
Y así vemos que el día de Dios—“el día del Señor”—empezará después que concluya el sexto sello. Dios estará íntimamente involucrado de allí en adelante, continuamente hasta el retorno de Cristo a esta tierra y su gobierno sobre la tierra por 1.000 años (el “Milenio”, Apocalipsis 20:4, 6) y después hasta el final del período del Gran Trono Blanco (Apocalipsis 20:11-15), la llegada de la Nueva Jerusalén sobre la tierra (Apocalipsis 21) ¡y más allá!
- ¿Qué son las siete trompetas del Apocalipsis? Como
vemos en el bosquejo y flujo cronológico del libro, las siete trompetas
están dentro del séptimo sello. Una vez más, el séptimo sello es
también llamado el “día del Señor”, el cual empezará con Cristo tomando
gradualmente el control de la tierra.
Las siete trompetas son en realidad fases de plagas y guerras, durante las cuales Cristo administra progresivamente juicios sobre la humanidad obcecada y rebelde. Pero aun después del castigo, la humanidad rehusará arrepentirse. “Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron” (Apocalipsis 9:20). Y así Dios castiga aun más severamente, con más plagas. “Y los hombres…blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria” (Apocalipsis 16:9). Una vez más, Dios administra castigo y de nuevo la humanidad rehúsa arrepentirse. “Y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras” (v. 11).
- ¿Qué son las siete plagas del Apocalipsis? Éstas están dentro de la séptima trompeta. Una vez más, ver el cuadro de abajo.
- ¿Qué se propone Cristo que nosotros hagamos con esta información que Él ha revelado? “¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro” (Apocalipsis 22:7).
Las instrucciones que Cristo dio en sus cartas a las siete iglesias,
así como también en el resto del libro, nos exhortan a que permanezcamos
leales y obedientes a Dios sin importar la presión que recibamos para
no hacerlo (aun “hasta la muerte”, Apocalipsis 2:10; 12:11); que
venzamos (Apocalipsis 2:7, 11, 17, 26; 3:5, 12, 21; 21:7); que nos
arrepintamos (de pecar al quebrantar las leyes de Dios, Apocalipsis 2:5,
16; 3:3, 19); que guardemos los mandamientos de Dios (Apocalipsis
12:17; 14:12; 22:14); que nos retiremos de los caminos inicuos del mundo
(tipificados por “Babilonia”, Apocalipsis 18:4-5); y que nunca
transijamos con la obediencia y lealtad a Dios (Apocalipsis 20:4).
En otras palabras, una razón por la que Cristo revela a sus siervos
lo que sucederá antes de su regreso para establecer el Reino de Dios es
recordarles lo que ellos necesitan hacer ¡para que se les permita la
entrada al Reino!
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