¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está
en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus
propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su
cuerpo a Dios.1 Corintios 6:19-20
Yo mismo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me
dijo: “Aquel sobre quien veas que el Espíritu desciende y permanece, es
el que bautiza con el Espíritu Santo.”Juan 1:33
La Biblia revela que el Espíritu Santo es el poder de Dios (2 Timoteo
1:7), el cual nos guía a toda la verdad (Juan 14:17, 26) y nos permite
conocer las cosas espirituales (1 Corintios 2:11, 14). Además, es la
garantía (o “sello”) de que obtendremos la vida eterna por la
resurrección (Efesios 1:13-14). Y que, si no lo tenemos, no somos de
Dios (Romanos 8:9). En otras palabras, ¡es necesario tener el Espíritu
Santo para ser un verdadero cristiano!
Pero, ¿cómo se obtiene el Espíritu Santo? ¿Cómo saber si estamos
siendo guiados por él? ¿Cuál es la evidencia de que el Espíritu está
trabajando en alguien?
¿Acaso el Espíritu Santo es una persona—la tercera persona de una
trinidad divina? (Aquí tiene una pista: la Iglesia del primer siglo
nunca enseñó que el Espíritu Santo era una persona. ¡La doctrina de la
trinidad no apareció sino hasta varios siglos después!).
Si analizamos la Biblia, encontraremos que el Espíritu Santo es la
naturaleza, el poder y la esencia de Dios. También es un regalo que Dios
puede dar a la mente humana para que estimule e inspire su crecimiento
espiritual, y haga posible que esa persona se convierta en un miembro de
su familia divina.
Las Escrituras contienen mucha información importante sobre este
tema. Si usted desea comprobar qué es y qué no es el Espíritu Santo
según la Palabra de Dios, lo invitamos a estudiar esta sección
detenidamente.
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