martes, 25 de agosto de 2015

Dios nos enseña a orar. Eclesiásticos 23



Ojala tuviera yo un centinela en la boca, y un sello de discreción en los labios, para que estos no me haga caer, ni la lengua sea mi perdición. Señor padre y dueño de mi vida, no dejes que mi lengua me domine, o que por culpa de ella caiga. Ojala castigara la sabiduría mi mente, y corrigiera mi entendimiento, sin perdonar mis faltas, ni disimular mis pecados. Para que mis errores no se multipliquen, ni aumente mis pecados, para que no quede humillado ante mis enemigos, ni ellos se rían de mí. Señor padre y Dios de mi vida, no permita que yo sea altanero y aparta de mi los malos deseos. Que no me domine la gula o la pasión sexual. NO me entregues a deseos vergonzosos.

Es palabra de Dios, que alabamos señor. Difunde la palabra

 

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