Y ustedes Mujeres
despreocupada oigan lo que les voy a
decir, Mujeres confiadas, escuchen mis palabras. Ahora están confiadas,
pero de poco más de un año se estremecerán, porque se terminará la cosecha y no
recogerán más uvas. Ustedes que viven despreocupadas, tiemblen ustedes que se sienten
confiadas, estremézcase, quítese esos vestido y pónganse ropas ásperas en señal
de dolor. Hagan demostraciones de dolor
por los campos risueños y los fértiles viñedos. Espinos y matorrales crecerán
en mi país, en toda casa alegre de la ciudad amiga de las diversiones. El
palacio estar abandonado, la ciudad tan poblada quedara desierta; las
fortificaciones abandonadas para siempre; allí vivirán contentos los asnos
salvajes y podrá comer el ganado.
Pero el poder creador del
señor vendrá de nuevo sobre nosotros, y el desierto se convertirá en tierra de
cultivo, y la tierra de cultivo será mucho más fértil. La rectitud y la justicia
reinaran en todos los lugares del país. La justicia producirá paz, tranquilidad
y confianza para siempre. Mi pueblo vivirá en un lugar pacifico, en
habitaciones seguras, en residencias tranquilas, aunque el bosque sea talado y
humillada la ciudad. Ustedes vivirán felices con riesgo abundante para sus
sembrados y pastos seguros para el burro y el buey.
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