Al que toca la brea, se le pega
en la mano; y el que se junta con burlones llega a ser como ellos.
No levantes un peso superior a tus
fuerzas, ni te juntes con personas más ricas que tú.
La olla de barro no se pone junto
a la de metal; si chocan la olla de barro se rompe.
El rico comete una injusticia y
se siente orgulloso; el pobre la sufre y tiene que pedir perdón.
Si eres útil al rico hará que le
sirvas, si resultas inútil te abandonara.
Si tienes algo, como te halagará,
pero no tendrá ningún reparo en explotarte. Si le haces falta te tratará muy
bien, te sonreirá y te inspirara confianza. Te hablara amablemente y te
preguntará que necesitas. Te avergonzará con sus invitaciones a comer. Mientras
pueda aprovecharse de ti, te engañara; te alabara una cuentas veces. Pero
después al verte, se enojara contigo y te hará gestos de desprecio. Cuidado, no
seas demasiado confiado. No seas como los tontos. Si un poderoso se acerca conserva
tu distancia, entonces el insistirá para que vayas a él. No te acerques
demasiado si quieres quedar lejos, ni tampoco te alejes mucho, si no quieres
ser olvidado. No le hables con demasiada libertad, ni creas todo lo que dice,
pues el habla mucho para ponerte a prueba, y con sus bromas te esta examinando.
Si a un hombre cruel lo hacen gobernante,
no tendrás compasión de nadie y atentará contra la vida de muchos.
Ten mucho cuidado no te juntes
con gente violenta.
Todo ser viviente ama a los de su
especie; así también todo hombre a sus semejantes.
Es palabra de Dios en Eclesiásticos
13. Difunde la palabra de Dios
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