Este teclado, en lugar de enmendar los errores, adivina la siguiente palabra que vas a escribir basándose en el contexto de lo ya escrito o bien en su propio criterio, en función de una base de datos de expresiones más comunes. Sin embargo, como viene siendo habitual en la sede de Waterloo, la seguridad es lo primero y donde no se permiten predicciones es en la entrada de contraseñas, algo de sentido común, por otro lado. Esta patente contempla algunas diferencias en la ejecución del teclado que vimos, pero en general, RIM puede estar tranquila sabiendo que nadie más podrá contar con esta tecnología productiva en el futuro.
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