Señor escucha mi causa justa, atiende a mi clamor, presta oído a mi oración, pues no sale de los labios mentirosos. Que venga de ti mi sentencia pues tú sabes lo que es justo. Tú has penetrado mis pensamientos. De noche ha venido a vigilarme. Me ha sometido a la prueba de fuego. Y no has encontrado maldad en mí. No he dicho cosas indebidas como hacen los demás. Me he alejado del camino de la violencia. De acuerdo con tu mandato. He seguido firme en tus caminos. Jamás me he apartado de ellos.
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