sábado, 24 de noviembre de 2018

Dios nos enseña el camino de la felicidad pero hay quienes los pertuban.

“Por lo demás, hermanos, regocijaos, sed perfectos, confortaos, sed de un mismo sentir, vivid en paz; y el Dios de amor y paz será con vosotros” (2 Corintios 13:11).



Está escrito en la Biblia todo lo que sucede a diario, en lengua de los tiempos en que fue escrita, ambientada en los hechos de esos días. Muchas veces escuchamos a gente de varias religiones decir todo lo que sucede hoy está escrito en la Biblia, en tal capitulo, en el versículo tal. Si, la historia de la humanidad es cíclica, se repite constantemente, sea en los tiempos de la Biblia, o en nuestros días. Tal vez la Biblia debe ser actualizada a nuestros días.

En la Biblia Dios nos enseña el camino a la felicidad, nos hace muchos relatos donde conocemos el bien y el mal, como obrar bien, y el castigo por obrar mal.

La felicidad la tenemos todos pero somos nosotros mismo los que la perdemos, Dios es amor, y él nos indica siempre el mejor camino a seguir para mantenerla.

Seamos garantes de las enseñanzas de Dios, para que todo vivamos en armonía y felicidad.

Dejemos el odio al prójimo, convivamos con él en paz y armonía, deseo lo mejor para todos, hagamos el bien sin mirar a quien.

Tantos pasos doy por la calle para llegar a mi destino, tantos pasos de amor debo dar para llegar a Dios. Dios nos pide que nos acordemos de él, no importa el lugar y el tiempo que le dediquemos, pero debemos dedicar un momento a él. Tal vez en el trabajo cuando vemos que no podemos resolver algo, meditemos un poco y pidamos a Dios Claridad en nuestros actos.



El Señor desea que te regocijes; que seas feliz; que vivas con el gozo que Él te da; que trates de reflejar el carácter de Jesús; que vivas en paz con los otros; que le ames y les ames… como Él ama. Y todo eso es resultado de una vida conectada con el Salvador y del trabajo que el Espíritu Santo hace dentro de ti. Él cambia tus pensamientos y los eleva. Te da la perspectiva correcta de la vida, sin la cual jamás podrás ser realmente feliz.

Quieres controlar lo que pasa en tu vida, pero tú no tienes el control. No sabes siquiera si despertarás de nuevo. Aprovecha este momento para llenarte de Dios, que es la paz, el amor y la felicidad. Cuando vengan las dificultades, tu vida estará tan anclada en Él, tu confianza será tan fuerte, tu relación tan estable, que nada podrá vencerte.

La felicidad es un estado mental que solamente puede vivirse en presente. Puedes soñar con ser feliz en el futuro, pero el futuro es siempre incierto. ¿Por qué no disfrutar del ahora?

La felicidad es una elección personal. Tú decides cómo enfrentar la vida. Nadie está libre de problemas y sufrimientos. Lo que diferencia a una persona feliz, que vive en paz a pesar de la dificultad, de una infeliz, es su elección. Vivir con Dios es muy diferente a elegir vivir sin Él.

Cuando escoges ser feliz, eliges agradecer por lo que tienes en lugar de quejarte por lo que no. Decides que los problemas son secundarios, que no te van a dominar. Al fin y al cabo: “Si tiene solución, ¿por qué te preocupas? Y si no la tiene, ¿por qué te preocupas” (Proverbio Árabe). La preocupación es el principal enemigo de la felicidad. La preocupación ocurre porque no has aprendido a confiar realmente en Dios; y no confías en Él porque no le conoces lo suficiente; y no le conoces lo suficiente porque no pasas tiempo de calidad cada día con Él.

Los problemas son como piedras. Puedes elegir quedar sepultado o puedes determinar apoyarte en ellas y subir por encima. Al final, tendrás las consecuencias de tu elección.

Debes ocuparte, no preocuparte, y una de las muchas ventajas de tener una relación sincera y real con Dios es que aprendes a confiar en que Él llega donde tú no alcanzas.

La confianza en el Creador es una poderosa herramienta de felicidad y salud mental.

 Tienes razón, puedes encontrar felicidad en la vida sin tener la necesidad de Dios en tu vida. Mucha gente disfruta de un buen nivel económico, una encantadora familia y pocos problemas en su vida. De cualquier forma, no importa cuanta felicidad tengas ahora, tu vida será mucho más plena con Dios en ella. Conocer a Dios hace una gran diferencia. Piensa en ello. Llevar un triciclo parece divertido para un niño, pero cuando empieza a crecer y este niño conduce un Porsche, el triciclo parece bastante aburrido. Tú quizás piensas que tienes todo lo que siempre has deseado en tu vida, pero quizás lo estás viendo desde la perspectiva de alguien que conduce un triciclo.

 El camino para encontrar la felicidad es distinto para cada persona. Cada uno tiene un camino único, personal. Sin embargo, debe ser siempre junto a una comunidad, en dónde puede descubrir y vivir relaciones personales, que son esenciales para encontrar la felicidad. Pues la felicidad es real en la medida que vivimos relaciones personales. Que vivimos el amor auténtico.



Amigo lector, solo le pido que volvamos a Dios, que prediques el amor a Dios en tu entorno laboral, familiar, con tus vecinos.



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